miércoles, 14 de octubre de 2015

El GÉNERO EN LA INFANCIA.

                                                
¡¡¡Holaa hola bloggeros y bloggeras!!! En esta entrada os vamos a hablar sobre la importancia de trabajar el género en la infancia, pensamos que es un tema interesante y que os puede servir de ayuda. Esperamos que os guste.


 EL GÉNERO EN LA INFANCIA

Género, juego y lecturas.
Los juegos:

Los juguetes, los libros y las canciones infantiles también pueden fortalecer o no los estereotipos vinculados al imaginario familiar y social acerca de “lo femenino” y “lo masculino”. Depende de lo que elegimos, de nuestra flexibilidad o rigidez, de nuestra capacidad de repensar y transformar nuestras prácticas. 

¿Los niños juegan con muñecas y cocinas? ¿Las niñas juegan con herramientas y pelotas? ¿Seguimos los que nos dicta el consumo o nos atrevemos a explorar nuevos caminos? ¿Ofrecemos juegos y lecturas abiertos y creativos para que tanto niños como niñas puedan elegir libremente jugar a ser distintos personajes o nosotros les determinamos los roles, los juegos y las lecturas desde una paleta maniquea, rosa y celeste? ¿Nenas bailarinas y varones superhéroes?


Estas cuestiones no son menores, porque muestran la apertura o los estereotipos sexuales que dejan su impronta en la vida futura de las personas más pequeñas. Establecen bases o modelos para que tanto las niñas como los niños puedan o no asumir, desde la infancia, las actitudes y tareas que esta sociedad les atribuye a unas y otros en función de su sexo. En este sentido, el entorno (familia, barrio, escuela)      
contribuye a la socialización de las diferencias de género.

 La oferta de juegos y juguetes, cuentos, canciones y libros que habitualmente “nos venden” sigue el camino de generar consumo o “enseñanza” (juguetes o libros didácticos) más que creatividad, vínculos y pensamiento. Reproducen una estereotipada visión de una parte del mundo externo más que aludir a la riqueza y diversidad de los mundos internos. Por eso, la elección de nuestras propuestas de juegos y lecturas para los niños y niñas cercanos, nunca es ingenua. 

Es necesario promover espacios de conversación acerca de estas problemáticas para poder ampliar nuestra mirada, construir nuevos criterios, poder innovar. Muchas cosas pueden cambiar si pensamos por qué y cómo hacerlas. Pensando en los libros para niños y niñas, surgen muchas preguntas para conversar: ¿hay libros para varones y libros para nenas? ¿Todos los personajes principales son varones o hay protagonistas mujeres? ¿Las aventuras son exclusividad masculina? ¿Los libros reflejan la amplia variedad de maneras de ser y de situaciones que encontramos en la vida? 

En una gran cantidad de libros para niños y niñas, especialmente los ligados más a una producción comercial que a una creativa y profesional, aparecen rasgos sexistas que colaboran en la reproducción de estereotipos de género y discriminación por exclusión, subordinación o degradación del género femenino en detrimento del masculino como ocurre en las películas y libros que proponen como modelos doncellas pasivas a la espera de príncipes salvadores.



Hay quienes dicen que las niñas muestran preferencias por las historias de princesas y príncipes mientras que los varones se vuelcan a las aventuras. ¿Pero esto es realmente así o depende de la oferta que se les haya hecho desde que eran bebés? ¿Con qué cantos los durmieron? ¿Qué cuentos les contaron? ¿Qué libros les ofrecieron a unas y a otros? Algunos autores y autoras consideran que además de la influencia sociocultural que se refleja en el juego, la propia naturaleza femenina o masculina hace que tanto niños como niñas se expresen ante los objetos de forma diferente. 

No obstante, en la actualidad, muchas familias y niñas están aceptando juegos y juguetes considerados de niños (fútbol, máquinas, construcciones), aunque no es frecuente que a ellos se los invite a jugar con muñecas o juegos relacionados con tareas domésticas. Asimismo se ha observado que las niñas tienen mayor facilidad para aceptar una actividad que socialmente se limita al otro género; en tanto que los niños presenta mayor dificultad para identificarse con actividades, juguetes u objetos que no se asocian a su sexo.

El mercado comercial, en general, no colabora a superar la tradicional orientación sexista. Los estereotipos que se detectan desde el marketing y que marcan los juguetes como femeninos o masculinos también influyen significativamente a la hora de incentivar los roles de género. Así, los juguetes de los niños incitan a la acción (camiones, artículos deportivos, personajes que luchan), mientras que los de las niñas tienden a la actividad pasiva y a menudo relacionada con funciones domésticas u ornamentales (cacerolas, plancha, plumeros). 

Lo mismo ocurre con los cuentos y las historias. Si bien en la actualidad existen algunos libros de cuentos “no sexistas” , que reivindican la expresión de la afectividad para ambos sexos y el desarrollo de la personalidad sin que esté prefijada por el sexo con el que se nace, en algunos de ellos se advierte una exagerada intención didáctica, utilitaria, alejada de la literatura. Podría considerarse que en la literatura infantil como en la vida, la igualdad entre los géneros está aún en proceso de construcción. 

En el caso de juguetes para ambos sexos, los modelos destinados a las niñas están diferenciados de los masculinos en la publicidad. Así, por ejemplo, las bicicletas para los varones se anuncian como resistentes, rápidas, duraderas; mientras que las que son para niñas tienen adornos y se anuncian como “bonitas y seguras”. La mayoría de los juguetes ofertados a las niñas está orientada hacia todo lo que tiene que ver con la vida privada y los dirigidos a los niños les impulsan, por el contrario, hacia el mundo de lo público. En los catálogos de juguetes rara vez hay dos niñas jugando al mecano o a otros juegos más técnicos. Asimismo nunca aparecen niños jugando con muñecas.


Sostenemos que limitar los juegos de acuerdo con el sexo supone empobrecer las experiencias vitales de los niños y niñas. Como ejemplo, entre otras, podemos nombrar la colección Yo soy igual de la Editorial Librería de Mujeres, con títulos como Mi mamá es electricista, Mi mamá es albañil, Mi mamá es cirujano, Mi mamá es taxista.

Pensamos que los juegos, los juguetes, la literatura, la música, se orienten a favorecer un sistema de valores para el desarrollo pleno tanto de mujeres como de varones: la ternura, la sensibilidad, la expresión de toda la gama de emociones, la inteligencia práctica para la vida cotidiana, la toma de decisiones, entre otros. De su ejercicio surge la capacidad para pensar en el bienestar de las demás personas, la convivencia para la paz, el cuidado del cuerpo, la responsabilidad, la sensibilidad ante los problemas humanos. 

En la medida que podamos reconocer estos valores como necesarios para el desarrollo humano sin distinción de sexo y sean no solamente un discurso sino una práctica cotidiana, estaremos promoviendo relaciones más armónicas entre las personas y el desarrollo integral de las niñas y los niños.

Por eso es muy importante ofrecer, sin distinción de sexo, todo tipo de juguetes, libros, música y propuestas que inviten a explorar nuevos roles y situaciones, facilitándoles la expresión de todas sus emociones y sentimientos: ternura, rabia, alegría, tristeza, miedo, valentía, curiosidad, duda. Evitar frases como “los niños no lloran” y no hacer diferencias que favorezcan a varones o mujeres en detrimento del otro sexo. Ambos necesitan protección y cariño. 

En síntesis, el proceso de socialización de género comienza con la vida y de nosotros y nosotras depende que el desarrollo de género no quede sesgado por una imposición de modelos estereotipados de masculinidad y feminidad.



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